La película empieza con Vitus "robando" un
avión – pero nos damos cuenta de que esto está ocurriendo realmente al final de
la película. Le vemos cerrar la
portezuela del reluciente mono-motor y rodando hacia el despegue mientras los adultos le persiguen. Le vemos dejar atrás la pista y alzarse volando hacia el cielo abierto.
Pero la trama central de la película se centra en
el deseo de Vitus ser otra persona. ¿Y por qué demonios querría un ser humano con tanto
talento ser otra persona? Porque está siendo
bombardeado constantemente – por sus padres, sus maestros, sus mentores – con demandas
altruistas; todos quieren que él actúe como ellos creen que debe actuar. La única excepción es su abuelo, dulce pero sabio, en quien Vitus
encuentra un santuario privado y racional donde confiar durante las visitas que le hace a su casa.
El altruismo destruye la vida y la grandeza incluso
antes de que pueda comenzar. El altruismo es la depravada doctrina de que el
sacrificio debe ser considerado una virtud. Exige que
los hombres sean iguales, y que los sacrificios sean a costa del bien y en
beneficio del mal. En el caso de Vitus, el altruismo tiene por objeto convertirlo
a él en dominio y propiedad de otros: martirizar su individualidad a favor de
un público indigno. Las ambiciones de los demás es lo que quieren que él
logre, y que viva para eso, para que ellos se sientan validados, ricos y
felices.
Vitus parece sentir todo eso, pero no puede ponerlo en
palabras, así que se retrae hasta el punto que su brillante talento y su impresionante
inteligencia parecen de repente haberse esfumado. Se "encoge de hombros",
exactamente de la misma forma que hacen los héroes de La Rebelión de Atlas, y retira su talento del mundo. Ya no es
capaz de tocar ni siquiera las piezas más sencillas al piano, pierde una
partida de ajedrez con su abuelo, y en la escuela se convierte en un simple
alumno "promedio", todo eso para consternación y horror de sus padres, pero sin que
su abuelo se inmute en lo más mínimo.
Pero cuando su abuelo empieza a tener problemas financieros,
Vitus, de 12 años, secretamente vuelve a poner su brillante talento en acción y
consigue invertir los últimos ahorros de su abuelo hasta convertirlos en poco
tiempo en una riqueza considerable.
¿Por qué parar ahí? Vitus alquila
unas oficinas y monta un negocio de inversiones altamente rentable (y recordemos
que sólo tiene 12 años). Las preocupaciones financieras de su abuelo han terminado y ahora
puede incluso comprarse un nuevo avión y lograr su sueño de ser piloto.
Y ahora, finalmente, nos damos cuenta de que Vitus
realmente entendía la naturaleza y el origen del altruismo que estaba amenazando
su vida, y que todo este tiempo se había mantenido firme con su intención de
ser quien él es, en sus propios términos y condiciones. Cuando su
abuelo se da cuenta del secreto que Vitus estaba ocultando, Vitus se ríe y
dice:
"¡Lo más difícil de todo fue perder esa partida de ajedrez!"
Ayn Rand fue un paladín de la razón y del
individualismo, un paladín brillante y sin igual. En sus
escritos descubrimos los males que les son impuestos a niños de mentes tiernas,
inquietas y maleables. Vemos cómo su facultad racional y su capacidad son
atrofiadas y frustradas, y cómo se espera que ellos vivan su vida en la tierra
sin ellas. Vemos cómo se les niega la privacidad y se viola su individualidad,
y cómo se les dice que tienen que aceptar derechos y obligaciones que no han
elegido. Ayn Rand me salvó la mente de estos males – y supongo
que Vitus descubrió todo esto por sí mismo.
Vitus es una de mis películas favoritas de todos
los tiempos por la sensación de alegría que me da al ver el valor, la sabiduría
y el esplendor de la inteligencia de un niño que se libera de los grilletes de aquellos
que quieren que les pertenezca. Sus padres acaban dándose
cuenta de que ellos realmente no tienen
un niño prodigio: Vitus se tiene a sí mismo, y sólo vuela por su propio beneficio.
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