Ondas Filosóficas
Perspectiva histórica de la influencia de la filosofía
Por ejemplo, el escepticismo de la Grecia post-aristotélica y de Roma duró unos pocos siglos, y luego se desplomó en la Edad Media cristiana durante mil años. Después, con el redescubrimiento de Aristóteles, vino un período de mejora de aproximadamente unos tres siglos. Pero, debido a Kant, el eje escéptico-subjetivista ha vuelto a estar al mando desde aproximadamente el inicio del siglo XX.

No hay cómo escoger entre conservadores o izquierdistas, místicos o escépticos, intrinsicistas o subjetivistas – ambos bandos están igualmente equivocados.
Las ideas filosóficas son traducidas a resultados político-culturales por medio de intelectuales en varios niveles. Aunque la filosofía dominante establece el marco de referencia para su trabajo, ellos no funcionan como robots, sino que obviamente usan sus propias mentes para hacer esta traducción. Como resultado, puede haber tendencias opuestas cuando alguno de estos intelectuales llegar a conclusiones que son un poco mejor o un poco peor que la filosofía dominante. Por ejemplo: John B. Watson, el fundador del conductismo, no era filósofo, pero aceleró el movimiento escéptico. En sentido contrario, Ludwig von Mises, que tampoco era filósofo, desaceleró el movimiento socialista.

Así, hay ruedas dentro de ruedas, o dicho de otra forma: hay ondas pequeñas encima de ondas mayores, a su vez encima de olas gigantes, a su vez encima de cambios a largo plazo en el nivel del mar. Este tipo de fenómeno se entiende bien en el mercado de la bolsa. Mercados al alza y mercados a la baja son reales y fundamentales, pero no se mueven en línea recta: hay retrocesos dentro de mercados al alza, así como avances en mercados a la baja.

He aquí las diferentes ondas filosóficas operando en este momento de la historia:

a) La onda del período de muy largo plazo es ascendente. Esta es la onda medida en decenas de miles de años. Si la raza humana no se autodestruye, no hay duda que la cultura dentro de diez mil años será mucho más racional que lo es hoy. Incluso se puede decir que dentro de mil años también lo será. La razón es que el conocimiento se acumula; una vez que una verdad se comprende a fondo, a menos que toda evidencia de ella sea destruida, tarde o temprano servirá como base a nuevos descubrimientos. El conocimiento genera conocimiento. El hombre no va a olvidar cómo hacer fuego, domesticar animales, y cultivar productos agrícolas. (De nuevo, asumiendo que la raza humana no se autodestruye).

b) La siguiente onda de largo plazo, operando en una escala, digamos de 500 a 1000 años, probablemente siguen siendo al alza, debido a Aristóteles. Ciertamente, la cultura en el año 1500 dC era muchísimo mejor que la del año 1000 dC. Hoy, las ciencias físicas y biológicas siguen progresando. La alfabetización (y la comunicación) siguen extendiéndose cada vez más. Pero estamos nivelándonos en esta tendencia. Se puede argumentar que esta tendencia alcanzó su punto máximo a principios del siglo XX. Es difícil de decir. El crecimiento de la religión en los últimos 25 años más o menos indica que esta tendencia al alza se está terminando (o ya ha terminado).

c) La onda de medio plazo, que opera en una escala de 100 a 200 años es claramente a la baja, debido a la influencia de Kant. La cultura de 1776 era infinitamente mejor que la nuestra. La cultura de 1900 fue mucho peor que la de 1776, pero significativamente mejor que la nuestra. El mismo declive se aplica al año 1950 en contraste a hoy.

d) La onda de corto plazo, que opera en la escala de una generación, o aproximadamente de unos 20 a 30 años, ha sido muy heterogénea desde 1980 a 2000. En política, el resurgimiento de las ideas del libre mercado fue muy significativo, y el colapso del comunismo fue a la vez su causa y su efecto recíproco. Pero, al mismo tiempo, se han producido serios atrasos debido a los "verdes" promoviendo el medio ambiente, y a la total destrucción del sistema educativo.

Este periodo ha visto el resurgir de la religión. En los años 60, muy pocas personas se tomaban la religión en serio. Aquí, la transición de la Vieja Izquierda a la Nueva Izquierda fue fundamental. El mundo cambió a finales de los años 60, cuando la izquierda pasó de (supuestamente) abogar por la razón y la producción – a la irracionalidad manifiesta, el ambientalismo y el nihilismo.

e) La onda de muy corto plazo, empezando con la crisis financiera en septiembre del 2007, está en un declive asustador y al mismo tiempo tomando la forma de fascismo-socialismo. No se puede saber cuánto durará esta tendencia; puede ser que cambie en un plazo tan corto como las próximas elecciones presidenciales en USA. La cuestión es no desanimarse o preocuparse demasiado por esta tendencia a muy corto plazo.

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Hay una lógica en el hecho de que el misticismo y el escepticismo se alternen. Usando el lenguaje marxista, cada uno de ellos contiene las semillas de su propia destrucción. El escepticismo se quema a sí mismo con relativa rapidez, porque es inherentemente destructivo y porque la gente necesita respuestas. Ahora estamos al final o casi al final del período de escepticismo. (Incluso cuando hablamos de filosofía pura en las universidades, el escepticismo no tiene tantos adherentes como tenía en los años 60 y 70.)

El misticismo puede durar mucho más tiempo, porque ofrece un sistema con respuestas a las preguntas básicas de la vida. Pero el misticismo produce miseria contra la que las personas al final acaban rebelándose (¡aunque necesiten 1000 años!), y el misticismo en última instancia va en contra de la tendencia de muy largo plazo que es la acumulación de conocimiento, la cual, gracias a Ayn Rand, ahora incluye el conocimiento de qué es la razón y cómo funciona. Pero no es un consuelo pensar que dentro de mil años o más las cosas estarán mejor. Si falta el entendimiento de la razón, el rebelarse contra el misticismo sólo producirá un nuevo resurgir del escepticismo, como pasó en el siglo XX.

Con todas estas ondas yendo y viniendo, es difícil predecir la evolución de una cultura. Es fácil cuando todas las ondas están moviéndose en la misma dirección, como era el caso, digamos, en el año 1600 dC. Lo importante que hay que resaltar aquí es que el diagnóstico de cómo las ondas se suman es sólo en parte una cuestión filosófica. La filosofía puede decirnos que la filosofía es la que determina la historia. Puede decirnos que el escepticismo, tarde o temprano, será suplantado por el misticismo (o por una filosofía más racional, si alguien la descubre y si hay suficientes intelectuales que la adopten). La filosofía puede decirnos que el reinado del misticismo tiende a ser mucho más largo que el reinado del escepticismo. Pero la filosofía no puede decirnos exactamente dónde estamos en el ciclo, o qué tendencias contradictorias dominarán los próximos 20 años. Tales determinaciones son una cuestión de análisis cultural, que es el trabajo de historiadores y analistas culturales.

Por ejemplo, un filósofo podría haber predicho en 1920 que la Unión Soviética se desmoronaría, pero no si llevaría 10 años, 50 años, o 100 años. Del mismo modo, por razones filosóficas, podemos predecir que la oscilación actual al fascismo-socialismo sucumbirá – o bien a la religión o bien al Objetivismo. Pero no hay forma de decir si eso ocurrirá dentro de 2 años o de 25. La filosofía nos puede decir que una base sólida para el fascismo-socialismo requiere un sistema ideológico e intelectual, y el análisis cultural nos indica que ese sistema ya hace mucho que no existe. (A diferencia de, digamos, en 1935, cuando el análisis cultural nos indicaba que los fundamentos ideológicos para el fascismo-socialismo eran sólidos.)

Los verdaderos enemigos son: la irracionalidad y el altruismo. Tanto el misticismo religioso como el nihilismo escéptico de izquierdas están basados totalmente en la premisa de la irracionalidad y el altruismo. En vez de enredarnos en la cuestión de quién es peor, Obama o Bush, tenemos que concentrarnos en el hecho de que no es posible decidir entre ellos: ambos están completamente basados en la premisa de la irracionalidad y el altruismo.

Finalmente, contamos con un elemento incalculable: Objetivismo. Las ventas de La Rebelión de Atlas siguen batiendo récords y ya alcanzan más de cuatro veces los niveles de años anteriores. Además, hoy hay muchos más Nuevos Intelectuales que había hace 20 años. Hace unos años casi no había mercado para una publicación sobre Objetivismo, y en cambio hoy en día se publican varios libros sobre Objetivismo cada año, incluyendo un libro de Ensayos sobre Atlas Shrugged; los concursos de Ensayos sobre Himno y El Manantial han alcanzado un nuevo récord en número de participantes. Hay entrevistas en televisión, muchos editoriales, muchísimas cartas al director, y una creciente presencia Objetivista en todo tipo de medios publicitarios, así como una creciente presencia internacional.

La palabra "Objetivismo" ya es reconocida sin necesidad de explicación en debates públicos. Hay casi un centenar de programas sobre Ayn Rand en colegios y universidades, financiados por simpatizantes de Objetivismo y prominentes hombres de negocios. Algunas universidades tienen una cátedra explícitamente Objetivista. El Ayn Rand Center en Washington, D.C. está inyectando ideas objetivistas en diversos think-tanks. Las manifestaciones contra el estatismo y a favor de la libertad (los llamados "tea-parties") tienen una presencia significativa de Objetivismo, y todo apunta a que eso va a continuar.


El futuro es incierto. Pero es un momento fascinante para estar vivo.

Las ideas filosóficas mueven el curso de la historia. Hay un ciclo que se repite, operando en una enorme escala tiempo, oscilando entre misticismo y escepticismo (asumiendo que la razón no sea entendida, como ha sido el caso hasta ahora).





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