Fuerza [física]
Sea lo que sea que esté sujeto a discusión, hay un acto de maldad que no puede estarlo, el acto que ningún hombre puede cometer contra otros y que ningún hombre puede sancionar o perdonar. Mientras los hombres deseen vivir juntos, ningún hombre puede iniciar – ¿me oís? ningún hombre puede iniciar – el uso de la fuerza física contra otros.
Interponer la amenaza de destrucción física entre un hombre y su percepción de la realidad es negar y paralizar sus medios de supervivencia; forzarle a actuar contra su propio juicio es como forzarle a actuar contra su propia vista.
"Discurso de Galt",
For the New Intellectual
GLOSARIO
Aquél que, sea cual sea su objetivo o intención, inicia el uso de la
fuerza, es un asesino actuando en la premisa de la muerte de un modo que va más
allá del asesinato: la premisa de destruir la capacidad del hombre para vivir.
No abras la boca para decirme que tu mente te ha
convencido de tu derecho a forzar mi mente. Fuerza y mente son opuestas; la
moralidad termina donde empieza una pistola. Cuando declaras que los hombres
son animales irracionales y propones tratarlos como tal, estás con ello definiendo
tu propio carácter y ya no puedes más exigir la aprobación de la razón – como
no puede exigirla nadie a favor de contradicciones. No puede ser correcto el
"derecho" a destruir la fuente de los derechos, el único medio de
juzgar lo correcto y lo incorrecto: la mente.
Forzar a un hombre a ignorar su propia mente y a
aceptar tu voluntad como un substituto, con un arma en lugar de un silogismo,
con terror en vez de pruebas, con la muerte como el argumento definitivo – es
un intento de existir desafiando la realidad. La realidad le exige al hombre
que actúe por su propio interés racional; tu arma exige actúe contra él. La
realidad amenaza a un hombre con la muerte si no actúa basado en su juicio
racional; tú le amenazas con la muerte si lo hace. Lo colocas en un mundo donde
el precio de su vida es la sumisión de todas las virtudes requeridas para la
vida – y la muerte por un proceso de gradual destrucción es todo lo que tú y tu
sistema conseguiréis, cuando a la muerte se le permite ser el poder que rige,
el argumento decisivo en una sociedad de hombres.
Sea un asaltante que confronta a un viajero con el
ultimátum: "La bolsa o la vida", o un político que confronta a un
país con el ultimátum: "La educación de tus hijos o tu vida", el
significado de ese ultimátum es: "Tu mente o tu vida" – y ninguna de
ellas le es posible al hombre sin la otra.