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Hoy en día es difícil imaginar el enamoramiento del
siglo XX con el socialismo. A pesar de existir inicialmente una gota, luego un riachuelo,
y luego un torrente de datos sobre la miseria y la muerte que estaba generando
el socialismo en los países que lo pusieron a prueba, los intelectuales se
aferraron a él como la venida del cielo a la tierra. En Estados Unidos, el socialismo llegaría,
no por revolución, sino poco a poco y por votación.
Hubo otros inteligentes críticos del socialismo, sobre
todo algunos economistas, pero ninguno fue tan penetrante como Ayn Rand.
En La Rebelión de
Atlas y en escritos posteriores, ella despojó al socialismo de su capa de
racionalidad; mostró que era neo-misticismo, una versión secularizada de la religión.Los
intelectuales ignoraron o ridiculizaron La
Rebelión de Atlas, intentando evadir su existencia, pero sabían que la
crítica existía. Una de las principales explicaciones por la pérdida de atractivo
del socialismo es, por supuesto, la devastación y la muerte que produjo en Gran
Bretaña, en Rusia, en Alemania y en China, pero esa consciencia de la
devastación no fue suficiente para que desapareciera el socialismo. Los socialistas siempre estaban listos con una excusa: "El
socialismo no se había aplicado plenamente", o "no esperamos a que el
más reciente plan quinquenal diera fruto", o "extremistas monstruosos
como Stalin, Hitler y Mao secuestraron un sistema pacífico". "El
socialismo es noble en teoría", exclamaban, "pero los hombres no son aún lo
suficientemente buenos para practicarlo; tenemos que intentar de nuevo".
La Rebelión de Atlas mostró que el socialismo es anti-vida en la práctica porque es irracional en teoría.Intelectualmente, La Rebelión de Atlas dejó la opción
delante de los socialistas bien clara: elegid a los hombres de la mente abrazando
el capitalismo, o decidid seguir siendo anticapitalistas renunciando a los
hombres de la mente. La mayor parte de los socialistas optaron por permanecer
anticapitalistas; fueron expuestos como los nihilistas gruñidores que son, y
los americanos abandonaron cada vez más a la izquierda.
Pero no sólo ayudó La Rebelión de Atlas de esta manera a
darles a los americanos algún espacio para respirar, también les proporcionó
aire limpio que respirar. Cuando a individuos prominentes en la
cultura se les pide que nombren los libros que han tenido el mayor impacto en
ellos, regularmente mencionan La Rebelión
de Atlas. [Ventas de La Rebelión de Atlas en 2009 superaron las 500.000 copias, 53 años después de su publicación].
La Rebelión de Atlas
les ha dado a los hombres de la mente la convicción de que es bueno producir. Ha
inspirado a empresarios y emprendedores, mostrándoles que su trabajo es noble. Un aspecto significativo del resurgir de las
empresas de los años 80 y de la revolución tecnológica y empresarial de los
años 90 en Silicon Valley y más allá, es este: Los participantes implícitamente
piensan que lo que están
haciendo es bueno. Esta es una convicción que La Rebelión de Atlas ha ayudado a crear.
A nivel intelectual, La Rebelión de Atlas ha logrado lo
siguiente: Ha ayudado a resucitar la idea del capitalismo. Antes de La Rebelión de Atlas, el capitalismo no era
sólo una palabra fea, era una palabra abominable. El libro lo volvió a poner en
el mapa intelectual. Y aunque la esencia del capitalismo está aún lejos de ser
entendida, la posibilidad de que sea entendida ahora existe.Y La Rebelión de Atlas ha ayudado a lograr
que se reconozcan la inteligencia y la capacidad – la mente del hombre. Antes
de La Rebelión de Atlas, los intelectuales
parloteaban de instintos humanos, recursos materiales y trabajo manual, como
las fuentes de prosperidad. Hoy en día mucha más gente entiende que el potencial de valor contenido en
los recursos materiales y el trabajo humano no puede realizarse en ausencia de
la verdadera fuente de prosperidad: la
inteligencia humana. Hoy en día tanto empresas
como naciones hablan de la importancia del capital humano.
Estos son algunos de los primeros pasos en la marcha hacia
la independencia para los hombres de auto-estima; con La Rebelión de Atlas, se han inspirado en una visión de lo que
puede y debe ser.Sin embargo, es
cierto, aún no han llegado a entender del todo la visión y las condiciones en
las que puede perdurar. Cuando los pensadores y
los productores de hoy explícitamente hablan de moralidad, alguna versión del Sermón de
la Montaña normalmente todavía aflora. Por otra parte,
culturalmente, los intelectuales se han reagrupado. Siglos atrás, después de la brutalidad de la dominación religiosa, los
intelectuales, en efecto, dijeron: "La versión sobrenatural del Sermón de
la Montaña ha fracasado, así que vamos a probar la versión
secular". Hoy lo que estamos empezando a ver es el intelectual
diciendo que la versión secular del Sermón de la Montaña ha fracasado, así que
"volvamos a intentar la versión sobrenatural". Es siempre un juego en el que "cara – tú pierdes,
cruz – ellos ganan".
Así que, ¿qué falta por
hacer para que de hecho La Rebelión de
Atlas sea la segunda Declaración de Independencia de América?Primero,
hemos de reconocer que lo más difícil de hacer en el mundo es que alguien cuestione su código moral y abrace uno nuevo: no es una casualidad que en
unos 2000 años desde el Sermón de la Montaña un solo individuo haya desafiado
ese sermón abismal y propuesto un código moral radicalmente nuevo. Y por eso tenemos que conseguir que La Rebelión de Atlas llegue a tantas
manos como sea posible, especialmente entre los jóvenes, quienes están más
dispuestos a cuestionar la sabiduría recibida.
Tenemos que aprender, y luego
continuar defendiendo, la nueva "moralidad de la vida" de Ayn Rand contra la moralidad
del sacrificio. Y tenemos que mostrar las
implicaciones de cada código para cada uno de los temas importantes del día. En resumen, tenemos que hacer el tipo de trabajo que el
Ayn Rand Institute está haciendo, en una escala cada vez mayor.
Y debemos hacer
esta labor, no porque el mundo podría irse al infierno en 30 o 40 años; aunque
puede que lo haga, esa no es la cuestión. Los Padres Fundadores no
crearon una nueva nación porque el mundo estaba a punto de irse al infierno. Ellos crearon una nueva nación porque querían alcanzar
el ideal; no estaban motivados por un negativo, sino por un positivo. En
palabras de La Rebelión de Atlas:
"No era la muerte la que querían
evitar, sino la vida la que querían vivir".
En nombre de lo que es posible, agradezcamos el idealismo
y la auto-estima que La Rebelión de Atlas puede aportar a
nuestra propias vidas si trabajamos en ello, y asumamos nuestro turno ahora
para comprometer nuestro honor por conseguir el idealismo y la auto-estima que
solamente La Rebelión de Atlas puede traerle de vuelta a América [y al mundo].