Esta semana cientos de anti- abortistas se manifestarán
frente a clínicas de aborto, librerías y escuelas secundarias en Buffalo, N.Y.
¿Dónde están sus oponentes morales? Hoy en día, nadie está defendiendo el
derecho al aborto en términos fundamentales, y esa es la razón por la que las
fuerzas de los derechos pro-aborto están a la defensiva.
Los defensores del derecho al aborto no deberían conceder
los términos "pro-vida" y "derecho a la vida" a los antiabortistas.
Es
el derecho de la mujer a su vida lo que le da derecho a terminar su embarazo.
Y tampoco deberían
esconderse los defensores del derecho al aborto detrás de la frase "el derecho
de una mujer a elegir". ¿Tiene ella el derecho a elegir el asesinato? Eso
es lo que el aborto sería, si el feto fuera una persona.
El status del embrión en el primer trimestre es la
cuestión fundamental que no puede ser ignorada.
El
embrión es claramente pre-humano; sólo nociones místicas de dogmas religiosos
tratan a este conjunto de células como si constituyeran una persona.No debemos confundir la potencialidad con la actualidad. Un embrión es un ser
humano potencial. Puede, si la mujer así lo decide, convertirse en un bebé.
Pero lo que es realmente durante el primer trimestre,
es una masa de células relativamente indiferenciadas que existe como parte del
cuerpo de una mujer. Si consideramos lo que es, en vez de lo que podría
llegar a ser, debemos reconocer que el embrión de menos de tres meses es algo
mucho más primitivo que una rana o un pez. Compararlo con un bebé es ridículo.
Si hemos de aceptar el
equiparar lo potencial con lo actual y llamar al embrión un "niño no-nacido",
podríamos, con la misma lógica, llamar a cualquier adulto un "cadáver
no-muerto", y enterrarlo vivo, o viviseccionarlo para la instrucción de estudiantes
de medicina.
Ese diminuto tejido, esa masa
de protoplasma, existe como parte del cuerpo de una mujer. No es un organismo
independiente, biológicamente formado, y mucho menos una persona.
Lo que vive dentro del cuerpo de otra persona no puede
reclamar ningún derecho en contra de su anfitrión. Los derechos le pertenecen
únicamente a los individuos, no a colectivos ni a partes de individuos.
( "Independiente" no significa auto-suficiente; un
niño que depende de sus padres para su comida, casa y ropa, tiene derechos
porque es un ser humano real, que existe físicamente separado.)"Los derechos", en palabras de Ayn Rand,
"no pertenecen a algo potencial, sólo a un ser real. Un niño no puede
adquirir ningún derecho hasta que nace".
Es sólo sobre esta base que podemos amparar el derecho
político de la mujer a hacer lo que ella decida en esta cuestión. Ninguna otra persona –
ni siquiera su marido – tiene el derecho a dictarle lo que puede hacer con su
propio cuerpo. Ese es un principio fundamental de la libertad.
Hay muchas razones legítimas por las que una mujer
racional podría tener un aborto – embarazo accidental, violación,
malformaciones congénitas, peligro para su salud. La cuestión aquí es el papel apropiado
del gobierno. Si una mujer embarazada actúa arbitraria o caprichosamente,
entonces ella debe ser condenada moralmente – pero no tratada como una asesina.
Si alguien caprichosamente mata
a su gato o a su perro, eso puede ser muy reprobable, incluso inmoral, pero no
es la responsabilidad del Estado el intervenir. Lo mismo es cierto de un
aborto, que mata un crecimiento mucho menos desarrollado, dentro del cuerpo de una
mujer.Si los antiabortistas argumentan que un embrión tiene el
equipo genético de un ser humano, recuerda: lo mismo es cierto de cada célula
en el cuerpo humano.
Los abortos son asuntos privados y a menudo implican
decisiones extremadamente difíciles con consecuencias para toda la vida. Pero,
trágicamente, las vidas de los padres son completamente ignoradas por los antiabortistas.
Y, sin embargo, ese es el tema principal. En cualquier conflicto, son las
personas reales, vivientes, las que cuentan, no la mera potencialidad del
embrión.
Ser madre (o padre) es una profunda responsabilidad – financiera,
psicológica, moral – durante décadas. Criar a un hijo exige
tiempo, esfuerzo, pensamiento y dinero. Es un trabajo de tiempo completo
durante los primeros tres años, y consume miles de horas después de eso – como protector,
supervisor, maestro y mentor. Para una mujer que no lo quiere, es una sentencia
de muerte.
La actitud de los antiabortistas,
sin embargo, es: "¡Que la vida de los padres se fastidie! Renuncia a tu
vida, a tu libertad, a tu propiedad y a la búsqueda de tu propia felicidad".Sentenciar a una mujer a
sacrificar su vida por un embrión no es defender el "derecho a la
vida".
La afirmación antiabortista de ser "pro-vida" es
la típica Gran Mentira. No puedes estar a favor de la vida y al mismo tiempo exigir
que un individuo que existe de verdad se sacrifique a un pedazo de tejido.
Los antiabortistas no son amantes de la vida – amantes de
los tejidos, tal vez. Pero su actitud los califica como los que odian a
verdaderos seres humanos.
Leonard Peikoff, fundador del Ayn Rand Institute,
es la máxima autoridad de Objetivismo, la Filosofía de Ayn Rand. El Ayn Rand Institute promueve la filosofía de
Ayn Rand, autora de La Rebelión de Atlas
y El Manantial